viernes, 16 de septiembre de 2011

Disforia premenstrual




Es muy común escuchar a la gente decir: “está de mal humor…está en los días…”, esa observación popular no está lejos de la realidad, ya que es frecuente en la mujer , un conjunto de síntomas psíquicos y físicos que configuran lo que llamamos síndrome dísfórico premenstrual. Si bien muchas mujeres experimentan algunos síntomas de este trastorno durante sus ciclos menstruales, sólo el 5-9%, -que no es poco- de estas mujeres cumplen los criterios requeridos para establecer el diagnóstico
Las características esenciales de consisten en la presencia de síntomas como estado de ánimo marcadamente deprimido, ansiedad, cambios de humor marcados y pérdida del interés por cualquier actividad, que aparecen en los días previos a la menstruación y desaparecen los primeros días de la misma , la mayor parte de los ciclos menstruales. El hecho de que desaparezca los primeros días de la menstruación es muy importante para establecer este diagnóstico y por lo tanto fundamental para iniciar los pasos a seguir en un tratamiento.
Otros características frecuentes son   tensión,  impaciencia, irritabilidad , y aumento de los conflictos interpersonales; dificultad para concentrarse; falta de energía; aumento o disminución del apetito; insomnio; sensación subjetiva de estar sobrepasada o fuera de control e inclusive en ciertos casos ideación suicida. En conclusión , son los mismos síntomas de un episodio depresivo con la diferencia que estos duran solo unos pocos días al mes.   También se presentan síntomas físicos como aumento de la sensibilidad en las mamas, dolor de cabeza, hinchazón, dolores musculares y articulares.
Los síntomas premenstruales pueden iniciarse a cualquier edad después de la primera menstruación pero en general inicia en la  segunda o tercera décadas de la vida. Las mujeres que solicitan ayuda terapéutica suelen rondar los 30 años.  Las mujeres suelen declarar que los síntomas empeoran a medida que pasan los años, para finalmente remitir con la llegada de la menopausia.
EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO
La evaluación médica debería descartar otras enfermedades físicas que pudieran causar los síntomas asociados a los diferentes momentos del ciclo.La historia psiquiátrica familiar, en particular cualquier historia de síntomas premenstruales y tratamientos eficaces en parientes femeninas, resulta de utilidad para guiar el diagnóstico y  el tratamiento de la paciente.
Se recomienda evaluar el uso de cafeína, sal, alcohol y nicotina, ya que pueden provocar síntomas similares a los del trastorno disfórico premenstrual. Los síntomas premenstruales leves suelen tratarse con intervenciones no farmacológicas. En cuanto al tratamiento farmacológico se ha visto que son muy útiles los antidepresivos en casos más severos en los que se ha visto muy buena respuesta a este tipo de fármacos, como en el caso de una paciente que acude a consulta y dice tener “difícil carácter”, muchos problemas laborales, familiares  e interpersonales quien recalca que varios días antes de la menstruación se pone más irritable, sensible y “llorona”, disminuyendo los síntomas al iniciar la misma . Establece una diferencia notoria con el resto de días y dice ¨pobre del que se me acerque en esas fechas¨. También presenta síntomas  y signos físicos como molestias gástricas, hinchazón en piernas. Se inicia tratamiento farmacológico con con mejoría notoria.
Lo importante en conclusión, es que la mujer conozca la existencia de este síndrome, identifique los síntomas , y pida ayuda ya que debe ser evaluada y tratada, con herramientas psicoterapéuticas,  farmacológicas o ambas.  El hacerlo mejora notablemente la sintomatología , y en algunos casos se consigue la remisión completa del cuadro, contribuyendo esto a un mejor desempeño general.

obesidad y depresion


La depresión tiene diferentes formas de manifestarse. Generalmente se pierde el apetito y por lo tanto peso. En otras ocasiones la depresión se manifiesta de una forma diferente, atípica, donde no es tan evidente el síntoma puntal de la depresión que es la TRISTEZA,  que queda enmascarada por otras manifestaciones que predominan. La carta de presentación de un episodio depresivo puede ser la hiperfagia, término que proviene del griego hiper (abundancia, exceso) y fagia (comer),  o sea es el aumento desmedido del apetito y de la ingesta de alimentos.
Como es un síntoma confuso , el cual las personas no suelen relacionar a un estado alterado del humor, no se consulta y por lo tanto no se trata. Muchas veces incluso para los profesionales suele ser complicado hacer un diagnóstico. Hasta hace pocos años se pensó que la relación entre depresión y obesidad en la población era en gran parte coincidencia, pero actualmente se ha descubierto que existen variables que las relacionan: la depresión influye sobre la obesidad en algunos casos y la obesidad sobre la depresión en otros.
La inactividad física también caracteriza a muchas personas con estados depresivos, que tienden a pasar tirados en cama todo el día mirando televisión , o simplemente sin hacer nada, en un sedentarismo extremo y si sumamos a esto la hiperfagia tenemos razones mayores para encontrar un vínculo entre el sobrepeso, obesidad y depresión.
No es tan difícil intuir en cambio, como la obesidad puede influir sobre la depresión. las bromas , burlas con las que se trata a las personas obesas van en desmedro de su  confianza y autoestima. Esto persiste de forma generalmente crónica afectando de manera gradual y continua al sujeto, con una insatisfacción creciente por el aspecto físico y con la idea cada vez más firme de que de alguna forma se es menos que los demás.
Hay estudios hechos en adolescentes sobre de qué manera las burlas eran mediadoras de la relación entre obesidad y niveles de depresión posteriores y se ha visto que los adolescentes obesos tienen un riesgo considerablemente más alto de padecer síntomas depresivos que los no obesos.
El síndrome del comedor nocturno, en el que existe anorexia matutina, hiperfagia en la noche, insomnio y despertares nocturnos para comer, también se vincula con depresión. En ellos el mayor ánimo depresivo se da por la tarde y alcanza su máximo ya avanzada la noche, que coincide cuando la hiperfagia es más intensa.

Estrés
La depresión puede llevar a un aumento del estrés, y éste tiene influencia sobre la obesidad ,  debido a  factores tanto psicológicos como corporales(fisiológicos). En general el estrés lo que hace es perturbar hábitos saludables de salud, pero también físicamente un estrés crónico promueve cambios corporales debido a la elevación de una sustancia llamada cortisol, que favorece el depósito de grasa especialmente en la zona de la pared abdominal.  El estrés crónico, puede también terminar desgastando de tal forma que termina convirtiéndose en una depresión por agotamiento, la persona siente que todo le cuesta más, tal como llevar todo el tiempo en sus hombros un objeto pesado.
Tratamiento
Si se diagnostica depresión con obesidad comórbida, es muy importante tratar ambos.  Incluso se ha visto que la reducción de peso podría per se, influir muy positivamente en el estado de ánimo. Asimismo , el tratamiento de la depresión podría ayudar en la pérdida de peso, al controlar el síntoma de la hiperfagia , mejorar el grado de actividad física y la recuperación de hábitos de vida saludables. Se usa terapia cognitivo-conductual y, si se considera necesario el uso de fármacos es mejor utilizar medicación que no aumente el peso.